Realizar la “Cruz
de la Vida”, el madero alegórico que abraza el Señor de los Reyes, ha
supuesto además de un enorme orgullo para el taller, una gran responsabilidad
debido a la inusual complejidad técnica que presentaba en su diseño, repleto de
originalidad, así como por la enorme carga simbólica que engloba todo el
conjunto y que había que trasladar del papel a las tres dimensiones sin perder
un ápice de su esencia artística y espiritual.
Desde la concepción de sus
trazas a manos de Curro Claros, se aprecia la configuración de la cruz como un árbol de vida, el místico árbol de la
cruz, elaborado en madera de cedro ahuecada con terminación caoba y articulado
en base a unas cartelas que dividen los distintos tramos que la componen,
cubiertos estos por elementos vegetales de diferentes variedades que aportan el
significado simbólico a la pieza en su mayor proporción. Estas especies
botánicas elaboradas en plata de ley en su color que parten de una rama común y
que componen la cruz en orden ascendente son: palmas y olivo en el primer
tramo, rosal y pasionaria en el segundo, cardo y espino en el tercero y vid y
espigas de trigal en el cuarto y último. Por su parte, las especies que
componen el patíbulo o travesaño horizontal de la cruz son azucena en un brazo
y laurel en el otro. Si bien intentando buscar siempre la unidad visual del
conjunto, para diferenciar cada tramo y buscar un mayor naturalismo en cada
planta hemos aplicado en el cincelado de las hojas distintas terminaciones
aplicando texturas diversas a cada especie, lo que hace que ganen en realismo y
vistosidad. Asimismo, a este conjunto de ramificaciones que se enredan de forma
salomónica enroscadas a lo largo y ancho de la cruz le hemos incluido esmalte
color violeta y apliques de piedras y rocas naturales tales como amatistas
africanas y jade, así como cuentas color topacio, amatista y granate para
simular los frutos y semilleros, que refuerzan la impronta naturalista de la
vegetación además de dotar a la pieza de un discreto toque de color en
diferentes gamas cromáticas que se combinan a la perfección con la plata y el
caoba de la madera. También se han añadido algunos detalles dorados en pequeños
elementos tales como los pistilos de las flores de pasión.
Separando cada tramo
encontramos grupos de cuatro cartelas de estilo barroco, repujadas y
cinceladas, que albergan en su interior relieves labrados en madera de naranjo
policromada con terminación en tonos marfil con la representación simbólica de
las doce tribus de Israel alternadas con atributos relativos a la realeza. En
la cruceta donde confluyen el “stipes”
y el “patíbulum” se sitúa a ambas
caras de la cruz una gran cartela repujada en plata rodeada de rayos rectos y
flamígeros que acoge un rompimiento de gloria con querubines tallados en
marfil, a partir de un colmillo de elefante adquirido por la Hermandad en un
anticuario. Entre los volúmenes de la cartela se enrosca una cinta con un texto
inscrito en dorado relativo a la realeza de Cristo.
Como terminación a los
cuatro extremos de la cruz aparecen sendas cantoneras torneadas con apliques de
plata recreando coronas de realeza e incluyendo a su vez elementos vegetales
como la perinola de hojarascas que remata las puntas.
Esta obra que pasa a
engrosar el espléndido patrimonio de la Archicofradía de la Vera-Cruz ha
supuesto un reto para el taller, ya que es la primera cruz procesional que
realizamos, antojándose una de las más vistosas y personales de cuantas cargan
las imágenes de Jesús Nazareno en toda Andalucía, estando por tanto muy
orgullosos del resultado final que deseamos sea del agrado de todos los
hermanos de la Hermandad. Una pieza concebida según las técnicas tradicionales
tanto de carpintería, con su talla y barnizado, como en orfebrería, utilizando
el repujado, el cincelado y la fundición para labrar cada pieza y unirlas en
común mediante la soldadura a sacado de fuego. Un trabajo que desde ahora
dotará al Señor de los Reyes de una impronta personal y única, y que a su vez
será distintivo tanto de la propia estética de la corporación como de la
silueta mayestática del Señor cuando allende el puente recorra la ciudad de
Córdoba cada Lunes Santo.
Manuel Valera Cerdá
Septiembre
2021
Nota: adjuntamos el díptico elaborado por la Hermandad para la presentación de la Cruz indagando en los aspectos más característicos del diseño y en su dimensión simbólica e iconográfica.